Qué ver y qué hacer en Altea: el pueblo más bonito de la Costa Blanca

Altea no se visita: se vive. Este pueblo de la Costa Blanca es sinónimo de belleza mediterránea, de arte y calma. Sus casas encaladas, su cúpula azul y sus miradores frente al mar lo convierten en uno de los destinos más románticos de la Comunitat Valenciana.

Pasear por Altea es un viaje de sensaciones: el olor a jazmín, el sonido de las olas, el color del mar y el ambiente bohemio que se respira en cada rincón.


🏖️ Qué ver y qué hacer en Altea

1. Casco antiguo y la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo

El casco antiguo de Altea, conocido como El Fornet, es un laberinto de calles empedradas y fachadas blancas que suben hasta la cima del pueblo. En lo más alto brilla la iglesia con la cúpula azul, símbolo inconfundible del lugar.

Desde la plaza principal se contemplan vistas espectaculares del mar y la bahía de Altea, ideales para disfrutar al atardecer o desde una terraza con un café en la mano.


2. Miradores de Altea

Cada rincón del casco viejo tiene su propio mirador. El Mirador de los Cronistas de España es el más famoso, pero no el único. También destacan los de la Calle Santa Bárbara y la Muralla del Portal Vell, desde donde se observa el mar fusionarse con el cielo.


3. Paseo Marítimo y playas

El Paseo Marítimo de Altea se extiende varios kilómetros junto al mar, repleto de restaurantes, tiendas y cafeterías con encanto.

Las playas de La Roda y Cap Negret son perfectas para disfrutar del sol y el Mediterráneo más puro. Si prefieres algo más tranquilo, la Cala del Soio y la Cala del Mascarat son pequeños paraísos escondidos entre acantilados.


4. Puerto deportivo y actividades náuticas

Altea es también un paraíso para los amantes del mar. Puedes practicar paddle surf, kayak, vela o buceo en sus aguas cristalinas.

El Puerto Deportivo Campomanes (Marina Greenwich) se encuentra justo en el meridiano 0°, lo que lo convierte en un lugar muy especial. Desde aquí parten excursiones en barco para ver el atardecer sobre la bahía.


5. Arte y galerías

Desde hace décadas, Altea ha sido un refugio de artistas. En sus calles encontrarás talleres, galerías y tiendas de artesanía donde se respira creatividad. Cada rincón está lleno de color, murales y pequeñas joyas locales.

No te pierdas el Mercado de Artesanía de Altea, que se celebra en verano en la plaza de la iglesia.


6. Gastronomía mediterránea

En Altea se come con los cinco sentidos. Prueba el arroz a banda, el pulpo seco o los boquerones al limón. Y para el postre, nada como un helado artesanal en el paseo marítimo.

La cocina alteana combina tradición y vanguardia, siempre con productos del mar y de la huerta.


🌅 Un rincón para enamorarse una y otra vez

Altea no solo es un lugar bonito: es una emoción en forma de pueblo. Cada vez que la visitas, descubres algo nuevo. Sus atardeceres rosados, sus calles blancas, su ambiente bohemio y su mar infinito hacen que muchos digan que aquí el tiempo se detiene.

Y es que Altea no deja indiferente a nadie: una vez la ves, ya no la olvidas.


¿Has paseado alguna vez por las calles blancas de Altea? Cuéntanos qué rincón te conquistó o cuándo planeas descubrir esta joya mediterránea.

Sigue toda la información de Viajeros Locos desde FacebookXLinkedin o nuestro canal de Whatsaap

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *